“Este voto indirecto es cuestionado por la mayoría de los estadounidenses”

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«El problema de la política exterior de Trump es que es impredecible», indicó Silvina Romano.


6 de noviembre de 2024 Hora: 01:47

A pocas horas del cierre de urnas en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el panorama se ha visto tensado por la pugna hacia la toma de poder en la Casa Blanca. Analistas coinciden que es problable que la noche este 05 de noviembre sea la más larga de su historia republicana.

Es decir, podrían pasar días antes de saberse con precisión quién será el nuevo presidente o presidenta. Mientras, el mundo observa con detenimiento estos comicios que repercuten en la política mundial, especialistas vislumbran escenarios diversos en estas elecciones consideradas atípicas por sus diversos contextos, entre ellos, la manera en cómo se han llevado las respectivas campañas, con discursos extremos y las mentiras electorales.

Para esta oportunidad y en exclusiva para teleSUR, Silvina Romano, coordinadora del Observatorio Lawfare, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) Argentina nos da sus impresiones.

Desde la década de los 70 no se veía tantos episodios de violencia civil. Y en algunas encuestas aparece esto de que ciertos sectores, sobre todo los vinculados al electorado republicano plantean que para lograr determinados objetivos políticos se justifica apelar a la violencia. Y sí hay una sensación a ese nivel, se ve en las calles, en Washington, además del temor de que hayan manifestaciones violentas en las calles. Retrocedamos a aquellas imágenes de la elección pasada. Quedó fuertemente impregnado el recuerdo de la toma del Capitolio.

Los fake news son parte importante en este elección, sobre todo de la dinámica de las redes sociales. Y las redes sociales son las que están marcando el pulso de la comunicación política en estas elecciones. Han superado con creces a los medios tradicionales.

Y estamos hablando de que, sobre todo, X o Twitter es uno de los principales medios que se usan para navegar y conocer cuestiones de política. Y, bueno, está nada más y nada menos que Elon Musk, el dueño de ese medio, de esa red social haciendo campaña política. Entonces, es todo muy complicado.

Y no existen aún medidas legales que permitan, de alguna manera, apercibir, castigar, entre comillas, la existencia, el mal uso de las noticias y, sobre todo, la generación de noticias falsas. Parece que no hay una estructura legal, que permita contrarrestar esto. Existen algunas medidas, pero no son para nada suficientes.

Si se impone Kamala, ¿qué es lo que marca un gobierno demócrata? Bueno, una cierta agenda en política exterior, en este caso hacia América Latina, que es predecible que ya viene de antes y que aparentemente podría persistir. Con el tema de migraciones, buscar, por ejemplo, mejorar las condiciones de las economías de los países donde migran la mayor cantidad de personas. Mejorar las condiciones de la economía, que en realidad es brindar ciertos planes de asistencia para el desarrollo para generar más oportunidades, por ejemplo, para la juventud.

La política en la frontera va a seguir siendo securitizada. Seguirán las negociaciones con los estados de frontera, sobre todo con México y de allí hacia la frontera sur de México. Y con respecto a la política comercial, Estados Unidos siempre tiene a América Latina como uno de sus mercados.

Con respecto a la política, se seguirá trabajando en cuestiones de seguridad. Estados Unidos sigue siendo el principal proveedor de bienes y servicios de seguridad, sin militares para todas las regiones. Eso no va a cambiar, eso no va a modificarse.

Y seguirá planteándose como un enemigo común el tema de China, la presencia de China en el continente, esto que ha replicado muchas veces en la estrategia de seguridad nacional. Entonces, eso se puede esperar. Con respecto a Cuba y Venezuela, se espera que se mantenga una cierta capacidad de negociación, que no significa una total distensión, ni mucho menos.

El problema de la política exterior de Trump es que es impredecible. Es decir, no sucedió en el gobierno pasado. Hay poca planeación, sobre todo hacia América Latina. El gobierno pasado tomó como caballo de batalla desde Miami, todo lo que fue este relato anticomunista y se ha centrado mucho en una oposición brutal contra Cuba y sobre todo Venezuela.

Sabemos lo que sucedió durante su administración, una de las mayores crisis que hubo entre Venezuela, Colombia y comandado por Estados Unidos, vinculado a la injerencia de la Organización de Estados Americanos. Es decir, que se vaya a repetir eso ahora en el contexto actual habría que ver, creo que Washington está en una situación muchísimo más crítica en términos económicos y en términos de lo que implica su compromiso, tanto en la guerra en Ucrania y en el espacio de Medio Oriente.

De modo que tal vez exija una mayor capacidad de negociación. Lo que sí se sabe es que de llegar al gobierno va a insuflarle energía y poder a una red de derechas en América Latina, donde pueden estar gobiernos como el de Milei, el de Bukele. Entonces, se sentirán más a gusto, de alguna manera, más contentos e impulsados por un gobierno como el de Trump.

Este tema es una de las cuestiones que ha sido lanzado y repetido en redes sociales. Se usan muchas redes sociales para instalar esta hipótesis que intentan volver realidad de que habrá un fraude. Por eso, el lado de los republicanos y el lado de los demócratas también han planteado que es muy probable que las elecciones sean intervenidas desde fuera por gobiernos como Rusia, Irán, China, esas amenazas, ese enemigo común. Entonces, cada partido construye sus propios enemigos comunes o la imagen esta de contra quién debemos unirnos.

Y sí hay una sensación de poca credibilidad frente al sistema democrático, frente al sistema político estadounidense que permite que permeen rápidamente estos relatos de fraude. Entonces, la ciudadanía está muy alerta.

Sistema político de Estados Unidos está en este momento como otros sistemas políticos que vemos en América Latina o en Europa, de máxima polarización, porque en un contexto donde la geopolítica internacional, la economía a nivel internacional también están en un proceso de polarización.

Vemos luego del covid, sobre todo en América Latina, en Estados Unidos, una ampliación de las desigualdades, de esta brecha entre ricos y pobres, esta polarización económica y dificultades financieras importantes, se refleja en la polarización política y eso invariablemente afecta a cómo funciona el sistema político, cómo funciona la democracia, cómo es tironeada por intereses fácticos o por intereses de turno vinculados al poderío económico, a la proyección geopolítica que puede tener Estados Unidos.

Entonces, es un proceso de cambio, creo que no es de una vez y para siempre, sino que se viene gestando hace tiempo y que en estas elecciones se ha hecho tal vez un poco más visible. Por el tipo de campaña que se ha hecho, también se han utilizado muchísimo en las redes sociales campañas basadas en esta polarización inspiradas y que proyectan discursos de odio.

La crisis estadounidense viene de hace mucho, pero creo que la contestación que ha tenido Estados Unidos y cómo ha sido, de alguna manera, desafiado por China, sobre todo en términos económicos, en términos de desarrollo tecnológico, ahora encuentra su correlato en esta debacle del sistema político estadounidense, es como si se cayeran todos los velos y detrás de ese velo de la democracia ejemplar, el velo de una sociedad donde todos pueden consumir, el sueño americano.

Lo que hay detrás de eso es una sociedad muy desigual donde amplios sectores de la población se sienten abandonados por el Estado, que sienten que no tienen oportunidades, que no pueden pagar la renta, que ante esa frustración culpan a un enemigo, al primero que tienen delante que es el migrante de primera, segunda generación. Y que se muestra una desilusión con respecto a cómo el sistema no funciona y por eso frente a eso se busca un cambio y en ese relato de cambio es donde se instala Donald Trump diciendo que él es el cambio, que él no es el establishment, que él viene de otro ámbito, que él es antipolítico.

Por eso, un aliado como Elon Musk le ha permitido aprovechar este relato que Trump viene construyendo desde sus campañas anteriores, su presidencia, que él es diferente, sobre todo en sectores de la población que están frustrados y que necesitan pensar que ese cambio va a traer una mejoría económica.

No lo sabemos realmente. Sabemos que Trump no es el cambio, Trump es parte de la élite estadounidense de toda la vida. De hecho, un gran empresario de esta minoría privilegiada estadounidense, pero que ha sabido posicionarse un poco ante estas frustraciones, ante estos sectores de la población que los demócratas no han logrado, digamos con creces, como se esperaba convencer, captar y vamos a ver qué pasa en estas elecciones, por eso están tan disputadas.

Siguen siendo elecciones disputadas, y sabemos que el voto popular no define finalmente quién llega a la Casa Blanca, sino que es el colegio electoral. Así que dependerá de cuántos representantes del colegio electoral de los estados  péndulos y de acuerdo a la cantidad de representantes de ese colegio, cuántos terminarán votando y permitiéndole los 270 representantes del colegio que define al próximo presidente o presidente de Estados Unidos.

Este voto indirecto es cuestionado por la mayoría de los estadounidenses cuando hacen  encuesta y sobre todo por los demócratas.  Entonces, la credibilidad de cómo funciona el sistema político está en cuestión hace mucho tiempo. Y tal vez esta falta de de atención a una  demanda que hace tiempo se esta planteando en Estados Unidos también contribuye a que se genere también esta polarización, esta sensación de no representatividad, que por cierto no es una sensación, es algo real.

Autor: Ricardo Romero Romero